7/5/08

Critica literaria .




El Imperio de lo efimero



Gilles Lipovetsky



Nunca pensé que en la sección de ofertas de Librerías Manantial encontraría libro tan weno. Aposté bien, pero puta que me demoré en leer la cosa ésta. Lo recomiendo totalmente, y a pesar de haber sido publicado hace veinte años atrás, está totalmente vigente.
No me pidan que me refiera al libro con términos y conceptos rebuscados, porque mi vocabulario vale jurel, e hilar frases ampulosas con sentido no esta dentro de mi paisaje, y esto ni de chiste pretende ser un critica literaria (JA! )
A grandes rasgos, el libraco trata de la moda y su influencia en la sociedad occidental moderna; las consecuencias socio-culturales de ésta y la dependencia que tiene el homo sapiens con lo nuevo y superficial.
Todos tenemos grados de frivolidad. Hay uno(a)s que ya son car'e raja. Si tienen la oportunidad de llegar a leerlo...disfrutenlo.





¨ La moda se halla al mando de nuestras sociedades; en menos de medio siglo la seducción y lo efímero han llegado a convertirse en los principios organizativos de la vida colectiva moderna; vivimos en sociedades dominadas por la frivolidad, último eslabón de la aventura plurisecular capitalista-democrática-individualista. ¿Hay que sentirse preocupado ? ¿ Anuncia este hecho un lento pero inexorable declive de Occidente ? ¿Hay que reconocer en ello el signo de la decadencia del ideal democrático ? Nada más banal, más comúnmente extendido que estigmatizar, por otra parte no sin alguna razón, el nuevo régimen de democracias carentes de grandes proyectos colectivos movilizadores, aturdida por los goces privados del consumo, infantilizadas por la cultura-minuto, la publicidad, la política- espectáculo. El reino último de la seducción, se dice, aniquila la cultura, conduce al embrutecimiento generalizado, al hundimiento del ciudadano libre y responsable; el lamento sobre la moda es el hecho intelectual más compartido. ¨

¨ Mediante la activación y abundancia de los conformismos de moda, se produce efectivamente un movimiento parcial, aunque efectivo, de automatización de las mentalidades; por medio de las epidemias miméticas, se camina hacia una mayor individualización de los pensamientos. A menudo nos complacemos en denunciar la estupidez borreguil de nuestros contemporáneos, su ausencia de reflexión y su fastidiosa propensión a la inconstancia y a las trayectorias zigzagueantes.¨

¨ Así pues, nunca consumimos un objeto por si mismo o por su valor de uso, sino en razón de su valor de cambio; es decir, en razón del prestigio, del estatus y del rango social que confiere. por encima de la satisfacción espontánea de las necesidades, hay que reconocer en el consumo un instrumento de jerarquía social, de diferencias y valores clasistas¨


¨ Esta es la grandeza de la moda, que le permite al individuo remitirse más así mismo, y ésta es la miseria de la moda, que nos hace cada vez más problemáticos, para nosotros y para los demás¨









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